
Nuestro drivers en la motivación ¿Qué dispara?
Si nos ponemos a mirar a nuestro alrededor, y a pensar en nuestra vida diaria, descubriremos que, inexorablemente, día a día, de forma consciente, o inconsciente, estamos estrechamente influenciados y modelados por la fuerza de nuestra motivación empresarial.
Ahora bien, ¿cuáles serían los “drivers”, los motores que la disparan?
Pensemos en un ejemplo muy sencillo: cada mañana, cuando nos despierta ese desagradable ruido del despertador, ¿qué es lo que sentimos?, ¿qué es lo que pensamos? En muchos casos, probablemente, asociemos ese momento a instancias muy poco placenteras, como es la toma de conciencia de que comienza el “gobierno de nuestra responsabilidad”, que tenemos que levantarnos para despertar a nuestros hijos, prepararles la leche, encargarnos de su logística para llegar al colegio, a la vez que ponernos en condiciones mínimas aceptables para “salir a enfrentar el día” (acá se entiende que este código suele ser muy laxo, incluyendo en algunos casos el “como-maquillarse-en-3-minutos-esperando-el-tren”, hasta el módulo “sin peluquería ni a la esquina”), en fin, todas esas tareas cotidianas “agobiantes” que muchas veces percibimos como una carga negativa inexorable que nos toca llevar…
Pero, ¿habrá otras situaciones, otros elementos, otras emociones y sensaciones que nos hacen realmente disparar lo que llamamos “la motivación”?
Por empezar, ¿qué es la motivación? La Real Academia Española nos la define como “Acción y efecto de motivar”. A su vez, motivar sería la “Causa” o “Conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”.
O sea, hablamos de causa, de origen, de esa explicación causal que nos permite entender qué es lo que realmente hace que podamos “encender nuestro motor”.
Por otra parte, hablamos también de “motivación extrínseca” y “motivación intrínseca”. La primera es aquella que se estimula desde el exterior, es decir, no nace en nosotros mismos. Se trata de estímulos que recibimos para llevar adelante una acción, o bien también estímulos “negativos” para que dejemos de hacer determinadas cosas.
Por ejemplo, un premio por presentismo sería un estímulo externo tendiente a incentivarnos para que todos los días vayamos a trabajar en el horario pactado. En cambio, las multas de tránsito por exceso de velocidad serían incentivos negativos para que respetemos los límites de velocidad permitida.
Pero, ¿qué es lo que realmente nos moviliza? ¿De qué manera se activan esos mecanismos internos que nos llevan a transformarnos, a superar todo tipo de limitaciones y a lograr realmente “sentirnos realizados”?
Creo que este último concepto encierra gran parte de la explicación. Nos lleva a reflexionar sobre nuestra esencia como seres humanos, nuestros valores, nuestro sentido, nuestro propósito y nuestra misión en la vida.
Cuando aceptamos el desafío de navegar libremente por nuestro interior, cuando nos permitimos tomarnos un breve tiempo de reflexión sobre nosotros mismos, me parece que es ahí donde realmente podemos descubrir nuestros “drivers” particulares.
Y esos drivers son las respuestas que cada uno de nosotros tiene en su interior. Es sólo cuestión de focalizarnos en ellos, en bucear, en descubrirnos.
¿Para qué estamos? ¿Cuál es el propósito de nuestra vida? ¿Queremos formar una familia? ¿Queremos ser los profesionales más brillantes y exitosos? ¿Queremos salvar al mundo, o a nuestra sociedad, o ayudar a nuestra comunidad? ¿Qué es ese “algo” que nos hace vibrar esa fibra interna que todos tenemos? ¿Qué es lo que nos moviliza, da sentido a nuestras vidas? Y, por otro lado, ¿qué es lo que nos frena, nos obstaculiza para llevarlo adelante?
Si hallamos la respuesta a esas preguntas, creo que habremos encontrado nuestro “driver motivacional”, o al menos comenzaremos a percibir los motivos y la brecha que nos separa del mismo.
Entonces, cuando suene el despertador, en lugar de sentir un ruido molesto, pensemos en nuestros drivers y seguramente el panorama va a cambiar: veremos que está por comenzar otro gran día, que nos permitirá volver a descubrir quiénes somos auténticamente, que nos permitirá ejercitar nuestro propósito, llevar adelante nuestra misión. Se nos estará presentando otra oportunidad más, maravillosa y única, para que seamos lo que queremos ser, para que hagamos todo lo posible para sentirnos realizados, para que respondamos a nuestro propósito, para que seamos auténticos, para que seamos nosotros mismos, llevados al límite de nuestro potencial.
¿Ya reflexionaste sobre tu driver motivacional en una empresa ¿Descubriste la brecha que te separa para poder llevarlo adelante? ¿Te gustaría compartirlo con nosotros? Te invitamos a hacerlo aquí.
By María Michalowski, Gerente de Consultoría de Olivia
maria.michalowski@olivia-la.com